A finales de septiembre Quico trajo su mulilla mecánica y nos enseñó a utilizarla, nos resultó muy divertido y él tuvo la delicadeza de dejar que todos nos iniciáramos en su manejo.
Abonamos con excrementos de oveja procesado y regamos.
Otro día arreglamos los alcorques de los árboles y las jardineras del patio.
¿Gracias Quico!